La acción por la que nuestros activistas fueron acusados se llevó a cabo el 21 de octubre de 2009, cuando más de 20 ambientalistas irrumpieron en forma pacífica en el predio del Puerto de Santa Cruz, para impedir el traslado de la caldera que pondría en funcionamiento la usina.
La persecución judicial que sobrevino a la acción llegó a tal punto que la propia abogada defensora de Greenpeace en aquella ocasión, la Dra. Verónica Heredia, fue acusada como partícipe junto con los activistas, quienes se manifestaron de forma pacífica, como es habitual en las prácticas de la organización que tiene a la no violencia como uno de sus principios fundacionales.
Greenpeace se opone a la generación de energía a través del carbón, por ser una tecnología sucia y contaminante, y por su incidencia en el calentamiento global.
Al respecto, Ernesto Boerio, coordinador de la campaña de Clima y Energía de Greenpeace aseguró: “A pesar de que nuestro país cuenta con ventajas insuperables para el desarrollo de energías limpias y renovables, especialmente en la Patagonia; el Gobierno Nacional sigue profundizando un modelo basado en los combustibles fósiles. Éste es el caso de la Central Termoeléctrica de Río Turbio, el primer paso de un plan nacional para expandir el uso del carbón”.
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