
Greenpeace viene usando herramientas a favor del activismo online desde hace ya un tiempo atrás. Lamentablemente, ese tipo de activismo ha sido puesto en duda últimamente. Me gustaría añadir mi granito de arena al debate
Una de las críticas más comunes que se le hace es que no se lo puede reemplazar por el “activismo tradicional” (o activismo offline). A lo que me gustaría responder: ¡Obvio!
Sin embargo, la historia de Nestlé convirtió el activismo de Greenpeace en un caso de estudio sobre cómo hacer las cosas bien cuando se trata de hacer activismo online. Y, sin embargo, ¿pareciera que Greenpeace ha abandonado las acciones directas y no violentas que lo caracterizan? No lo creo. Aún si encontráramos la llave maestra que garantizara la victoria de todas nuestras campañas online (cosa que no hicimos) nunca dejaríamos de lado nuestras acciones directas para defender a nuestro planeta.
Tampoco vamos a engañarnos diciendo que re-twiteando un mensaje, por más lindo que sea, estemos realizando acciones al mismo nivel que cuando alguno de nuestros miembros se cuelga de una plataforma petrolera o se congela durante dos días en el Ártico. El punto es que tampoco dijimos que sean acciones del mismo tenor e importancia.
Seguir a Greenpeace en Twitter, o linkearnos en Facebook podría ser un “lazo débil” –en los términos de Malcom Gladwell-, pero suma. Y toda pequeña ayuda sirve.
Los “lazos débiles” pueden convertirse en “lazos fuertes”. Mi primer contacto con Greenpeace fue leyendo al pasar una publicación en un blog, comentándola y uniéndome a un foro. Más tarde, me convertí en voluntaria de un grupo local y empecé a juntar firmas en la calle. Después, pasé a ser voluntaria online para Greenpeace Internacional, conseguí una pasantía y, finalmente, entré al staff de la organización. Me considero muy afortunada de poder trabajar así para el planeta todos los días. Pero no olviden que todo comenzó con una simple publicación en un blog, hace 5 años.
No podemos darnos el lujo de rechazar estos recursos sólamente por generar “lazos débiles”. Sería tan estúpido como rehusar al dinero de un niño que quiera donar sus ahorros por considerarlos “escasos”. Sería insultante, insensible e irresponsable. No aceptar recursos que producen “lazos débiles”, como Twitter, Facebook y blogs significa cerrarnos a conocer gente con la que tal vez en un futuro podamos entablar “lazos fuertes”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario