
Desde Greenpeace, estamos seriamente preocupados sobre el daño que el tsunami provocó a instalaciones nucleares como la central Fukushima, que podría afectar sistemas de refrigeración del reactor y dañar mucho el almacenaje de sus desechos radiactivos. Incluso, una vez inmediatamente cerrados, los reactores requieren una refrigeración activa y grandes cantidades de agua para refrigerarlos y evitar el riesgo de recalentamiento y fusión del núcleo.
Greenpeace está siguiendo de cerca el desarrollo de los acontecimientos. Esperamos que las futuras investigaciones de los impactos sobre estas instalaciones nucleares, y cómo las mismas afectan a la población y al ambiente sean elaboradas en forma independiente y difundidas al público.
Para leer el informe de Greenpeace "Los mitos de la energía nuclear" hacé click aquí.
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