Greenpeace y agricultores locales plantaron en un campo de arroz orgánico de Tailandia un dibujo que representa el trabajo de los agricultores, para reclamar al gobierno que proteja el cultivo alimentario más importante de la región de la amenaza inminente de la ingeniería genética y los graves impactos del cambio climático.
El retrato fue plantado con dos variedades de arroz orgánico en un campo que ocupa una superficie de 16.000 metros cuadrados y es reconocido como uno de las regiones productoras de arroz más fértiles del sudeste asiático.
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