Para graficar su protesta, Greenpeace caracterizó a una joven activista como la sirenita del tradicional cuento infantil del autor danés Hans Christian Andersen, la que detrás de una reja que simulaba ser una prisión, parafraseaba con un cartel el inmortal texto de Hamlet: “Algo está (muy) podrido en Dinamarca”.
De este modo, Greenpeace denunció en forma simultánea en varias capitales del mundo, que la detención de los cuatro ambientalistas en ese país es el único legado que hoy deja la diplomacia danesa, luego de su absoluta falta de liderazgo durante la cumbre climática de Copenhague.
Cuatro activistas de la organización ambientalista, entre los que se encuentra el director ejecutivo de la oficina de Greenpeace en España, desplegaron el pasado 17 de diciembre, un cartel que decía “Los políticos hablan, los líderes actúan” en una recepción de jefes de Estado durante la cumbre sobre cambio climático que se realizó en Copenhague. Desde entonces se encuentran detenidos, aislados e incomunicados, en lo que constituye una medida desproporcionada y sin antecedentes.
Asimismo, la organización ofreció a la embajada “total colaboración” para identificar a los verdaderos responsables del fracaso de las negociaciones. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, “es uno de los principales sospechosos” y en Copenhague “se puede encontrar la escena del crimen”, ironizó.
“Dinamarca, país anfitrión de las negociaciones internacionales sobre el cambio climático en la cumbre de Copenhague, no sólo fracasó en su liderazgo para que los gobiernos de todo el mundo puedan alcanzar un acuerdo justo y vinculante, sino que todavía tiene en sus cárceles a manifestantes pacíficos que sólo querían llevar un mensaje de urgencia a los jefes de Estado”, declaró Gustavo Ampugnani, coordinador político para América Latina de Greenpeace Internacional.
“En vez de retomar la iniciativa frente al desastre diplomático que significó esta cumbre, las autoridades danesas continúan reprimiendo desproporcionadamente a gente común que se manifestó pacíficamente, mientras los grandes responsables del cambio climático, que genera 300 mil muertes al año, siguen libres y sin castigo”, agregó Ampugnani.
“Sin embargo, aunque metan en prisión y silencien a los activistas que lo denunciaron somos miles de personas las que vamos a seguir defiendo el clima y el medio ambiente”, concluyó.
El director de Greenpeace España, Juan López de Uralde, junto con la ambientalista noruega Nora Christiansen y el suizo Christian Schmutz, fueron detenidos en la noche del pasado 17 de diciembre por desplegar dos pancartas, con el lema “Los políticos hablan, los líderes actúan”, en la recepción oficial de la Reina de Dinamarca a los Jefes de Estado durante la Cumbre del Clima en Copenhague. Dos días después detuvieron a un cuarto miembro de Greenpeace, el holandés Joris Thijssen, responsable Internacional de la campaña de cambio climático de Greenpeace.
Desde entonces los cuatro permanecen en prisión preventiva en la cárcel danesa de Vestre Faengsel, con las visitas y las cartas restringidas y sin juicio, hasta el próximo 7 de enero, día en que finaliza el plazo marcado para concluir la investigación policial. Greenpeace está a la espera de saber qué es lo que va a pasar a partir de esa fecha.
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