Internacional — Veinticinco años después de que dos bombas plantadas por agentes del servicio secreto francés hundieran el Rainbow Warrior en la bahía de Auckland, Nueva Zelanda, y provocaran la muerte del fotógrafo Fernando Pereira; Greenpeace conmemoró este aniversario con la construcción de una nueva nave que generará bajas emisiones de carbono: el Rainbow Warrior III.
La organización ambientalista informó que la nueva nave será la primera específicamente construida con tecnología avanzada y sustentable. La ceremonia de colocación de la quilla tuvo lugar hoy en el astillero marítimo en Gdansk, en Polonia.
Desde que comenzó a navegar, en 1978, el Rainbow Warrior ha estado al frente desafiando a quienes cometen abusos contra el medio ambiente. La nave ha sido un ícono de la acción directa no-violenta y un faro de esperanza para millones de personas alrededor del mundo. Hoy más que nunca el mundo necesita esperanza, necesita acción, necesita al Rainbow Warrior.
Kumi Naidoo, director ejecutivo de Greenpeace Internacional, explicó que “cuando el Rainbow Warrior original fue bombardeado, la amenaza de la guerra nuclear representaba nuestra peor pesadilla y la preocupación sobre el cambio climático apenas estaba empezando. Hoy, está muy claro que cientos de miles de personas ya están muriendo como resultado de los impactos del cambio climático”. Agregó que “el nuevo Rainbow Warrior jugará un rol vital en nuestra campaña para evitar el cambio climático catastrófico”.
Tanto el primer Rainbow Warrior como el segundo, fueron en sus inicios embarcaciones de pesca con red de arraste; el nuevo barco será el primero que se construye para la flotilla de Greenpeace. Diseñado como un barco de navegación, sus impresionantes mástiles de marco en “A” se alzarán 54 metros por encima del agua, ayudando a Greenpeace a reducir su huella de carbón y servir como ejemplo a otros de la inteligente inversión medioambiental.
Entre otras características de diseño destaca el enlace vía satélite incorporado a la nave, con una conexión de banda ancha que permitirá a la tripulación tener contacto con el mundo y transmitir imágenes mientras la nave continua con su misión. Esto también permitirá a muchos millones de personas el unirse como guerreros virtuales del arco iris.
El barco también contará con grúas especialmente diseñadas que permitirán el rápido despliegue de balsas inflables – una herramienta vital en la confrontación contra el abuso medio ambiental. El barco comenzará a navegar en 2011, justo a tiempo para el 40 aniversario de la fundación de Greenpeace.
Como parte de la ceremonia de colocación de la quilla, Pete Willcox, quien fuera el capitán del Rainbow Warrior en la noche en que fuera bombardeado, colocó una guirnalda en memoria del fotógrafo Fernando Pereira: “Uno de los principios de Greenpeace, una de las cosas que nos hace a nosotros tan especiales y fuertes es que somos no-violentos. Fernando no tenía que morir, él no era una amenaza para nadie. Nosotros jamás lo olvidaremos. Yo espero que las generaciones de activistas que naveguen en esta nueva nave sean tan determinados, tan excepcionales y tan inspirados como él lo era.”
Kumi Naidoo concluyó: “Hoy, 25 años después del bombardeo del Rainbow Warrior, el mensaje es claro: no se puede hundir un arco iris”.
La profecía del Rainbow Warrior fue transmitida por los indios Cree al fundador de Greenpeace, Bob Hunter: “Llegará un tiempo en que los pájaros caerán del cielo, los animales de los bosques morirán, el mar se ennegrecerá y los ríos correrán envenenados. En ese tiempo, hombres de todas las razas y pueblos se unirán como guerreros del arco iris para luchar contra la destrucción de la tierra".
- Leé el hundimiento contado por sus protagonistas en nuestro blog, hacé click aquí.
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